Echad un vistazo a esta casa tan preciosa de Suppose Design Office, en Saijo, Hiroshima, en Japón.
© Toshiyuki Yano
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La idea es potenciar la intimidad de la familia, enterrando la planta baja, y creando un talud artificial alrededor. Pero sin renunciar a que esta planta tenga mucha luz natural.
Además, las dos plantas superiores se “disimulan” dentro del tejado, haciendo que el volumen parezca menor de lo que es.
En la planta baja se disponen la cocina, el salón y un baño, en la primera planta la habitación y el baño principales, y en la última planta dos habitaciones individuales.
De esta casa me parecen preciosos los acabados, tanto interiores como exteriores, el volumen exterior, la distribución de los espacios interiores, y la manera de introducir luz.
Y me sorprenden mucho dos cosas. Por un lado la escalera, o mejor dicho, el hueco de la escalera y la ausencia de barandilla. Sí, lo estáis pensando, si te caes desde arriba, el batacazo es de dos pisos de altura. Vale que se puede solucionar fácilmente con un peto de vidrio muy sutil, que no cambiaría para nada la idea de la casa, ni la calidad de los espacios. Pero me hace pensar que en Japón no hay una normativa que regule este tipo de cosas como tenemos aquí. O que se la han saltado a la torera japonesa. Además por lo que se ve, esta familia tiene hijos pequeños (o la trona está de adorno), y creo que es más peligroso que un bebé se caiga de dos pisos de altura que de una silla de 80 cm.
Por otro lado me sorprende la nula compartimentación de espacios. Es decir, cuando subes al primer piso, estás en la habitación principal, y a la vez en el baño, sin nada que aísle de las vistas, ni del ruido, ni del calor, ni nada de nada. Y sigues subiendo y accedes a las dos habitaciones, que también son un mismo espacio. Y es más, la única compartimentación que se ve, la de la bañera, es de vidrio. Así que ahí estás tú duchándote y las visitas desde abajo mirando. Ni una mísera cortina de ducha para que no se salga el agua, vamos. Ya me sorprendió saber que los alemanes tienen muy poco pudor, pero pensaba que los japoneses eran mucho más estrictos con la intimidad y el espacio personal. Y sobre todo cuando tienes hijos adolescentes que van necesitando acotar sus espacios. O cuando tienes visitas y no has tenido tiempo de limpiar. (Aunque ya se que no está bien diseñar tu hogar pensando en el qué dirán las visitas cuando vengan).
En fin, quizá nuestros lectores infiltrados en las culturas orientales nos pueden aclarar estos aspectos de la vida de los japoneses. Mientras tanto, aquí en España tengo amigos que dicen que podrían vivir perfectamente en esta casa tal y como está, y mantenerla así de limpia, ordenada, y diáfana. ¿Y vosotros, qué pensáis? ¿Vivirías aquí? ¿O qué cambios haríais para poder habitarla?
© Toshiyuki Yano
© Toshiyuki Yano
© Toshiyuki Yano