domingo, 19 de diciembre de 2010

La maternidad de O’Donnell

Hace poco tuve la oportunidad de visitar el edificio de la maternidad de O’Donnell, obra de Rafael Moneo. Mi opinión como usuaria, y la de todas las personas no arquitectas con las que hablé es que es un edificio realmente bonito y agradable. Es el tipo de cosas que me gustaría que dijeran de mis obras, claro. Aquí os dejo unas fotos, aunque lamentablemente no hay muchas del interior.

Tiene muchos aciertos:

Los patios, por los que entra la luz, (mucha luz) a las habitaciones. Hay mucha gente que no le da ninguna importancia a la luz, pero cuando tienes la oportunidad de estar en espacios bien iluminados, sí se nota la diferencia y se agradece mucho.

Las persianas venecianas de madera, que permiten que siga entrando la luz pero no el sol directo, ni las vistas.

El orden tridimensional que subyace en todo el proyecto, que es una característica en las obras de Moneo. El orden es otra cosa que mucha gente piensa que no se nota al usar un edificio, pero si. Desde el momento que entras en una de las plantas sabes de antemano y sin ver un plano cómo está distribuida, por dónde tienes que ir, y qué te vas a encontrar. Ésta es una sensación increíble. Es sentir el espacio ordenado en tres dimensiones. Es una sensación que yo he tenido en pocos sitios, sin duda porque viajo poco… : en el museo romano de Mérida, del mismo Moneo. En el Yale Center for British Art, de Louis Khan. En otros edificios que no son ortogonales, como el Musac de León de Tuñon y Mansilla. En las catedrales góticas también, y en los templos romanos… Es una sensación genuinamente arquitectónica.

A niveles más mundanos, también están muy bien los acabados de las zonas comunes y de las habitaciones. Aunque alguien no dimensionó bien la instalación de aire, porque se oye muchísimo, sobre todo de noche. La distribución esta muy pensada y permite separar las zonas del personal y de los pacientes, además de organizar muy bien la atención hospitalaria, com los boxes, las salas y las habitaciones bien comunicadas pero separadas. Y el aparcamiento, en el que los pilares apantallados están en una reticula de 7,50 m de ancho, donde caben tres plazas; por de 6 m, de manera que cabe la calle de 5 metros, y el pilar no queda en la esquina de las plazas, sino remetido medio metro. Esto hace que las maniobras sean mucho más fáciles. Es otra de las cosas que nadie me enseñó en la escuela, a distribuir bien un aparcamiento. Además los acabados del parking son muy limpios, todo en hormigón y con las instalaciones vistas y ordenadas, en acero.

En resumen, un acierto de Moneo en muchos sentidos.

2 comentarios:

  1. Suscribo punto por punto todo lo que se dice en el artículo. Sólo añadiré una anecdota personal. Cuando estaba haciendo "uso" del edificio lo primero que pensé fue "no parece un hospital". Comparalo con la maternidad de Burgos deja al segundo como un tanatorio abandonado.

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  2. Me alegro de que un no arquitecto esté deacuerdo conmigo y que haya experimentado el orden del espacio.

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