El martes estuve en la conferencia que dio Ricardo Aroca con motivo de su reciente jubilación como profesor de Estructuras en la ETSAM. Estuvo muy interesante, como siempre; sin embargo no sé si sabré hacer una reseña apropiada de toda la conferencia, pues habló de muchas cosas y muy variadas.
Empezó resumiendo todo lo que sabemos acerca de cómo funcionan las cosas: el macrocosmos, el microcosmos, la vida, su origen, su evolución, la manera en la que funcionan los organismos vivos, y las teorías vigentes que intentan explicar cómo y por qué ocurre todo esto.
Y ¿a santo de qué habló de esto? Pues por una tesis muy razonable: él defendía que como hombres de nuestro tiempo debemos tener una idea aproximada de cómo funciona el mundo. Que eso también forma parte de la cultura de una persona, y no solamente conocer la literatura, la historia, o la política del mundo occidental, que es lo que más comúnmente se asocia a cultura. Y que la ciencia no debe ser un reducto de investigadores aislados en sus campos, sino que todos debemos participar del debate.
Otro segundo gran tema que tocó fue su tarea como arquitecto, resumiendo lo que el consideraba como logros, o cosas que había aprendido ejerciendo la profesión. A tratar con los técnicos municipales, a tratar con los propietarios, con los promotores optimizando los recursos, y haciendo obras con un presupuesto controlado… Recordó que una estructura siempre tiene que cumplir los tres requisitos de equilibrio estable, rigidez y resistencia (siempre parece que la resistencia es lo más importante, pero no siempre es así).
Y por último habló de su labor como gestor (director de la Escuela, decano del Colegio, etc). Lo que había aprendido en esta faceta es que para lograr acuerdos hay que escuchar, más que hablar.
Como he dicho al principio, muy interesante, aunque parezca que no dijera nada nuevo. No todo lo que tenga la etiqueta de nuevo es mejor…