lunes, 27 de diciembre de 2010

Casa en Saijo


Echad un vistazo a esta casa tan preciosa de Suppose Design Office, en Saijo, Hiroshima, en Japón.


© Toshiyuki Yano

El artículo completo con más fotos y planos está en Plataforma arquitectura.

La idea es potenciar la intimidad de la familia, enterrando la planta baja, y creando un talud artificial alrededor. Pero sin renunciar a que esta planta tenga mucha luz natural.

Además, las dos plantas superiores se “disimulan” dentro del tejado, haciendo que el volumen parezca menor de lo que es.

En la planta baja se disponen la cocina, el salón y un baño, en la primera planta la habitación y el baño principales, y en la última planta dos habitaciones individuales.

De esta casa me parecen preciosos los acabados, tanto interiores como exteriores, el volumen exterior, la distribución de los espacios interiores, y la manera de introducir luz.

Y me sorprenden mucho dos cosas. Por un lado la escalera, o mejor dicho, el hueco de la escalera y la ausencia de barandilla. Sí, lo estáis pensando, si te caes desde arriba, el batacazo es de dos pisos de altura. Vale que se puede solucionar fácilmente con un peto de vidrio muy sutil, que no cambiaría para nada la idea de la casa, ni la calidad de los espacios. Pero me hace pensar que en Japón no hay una normativa que regule este tipo de cosas como tenemos aquí. O que se la han saltado a la torera japonesa. Además por lo que se ve, esta familia tiene hijos pequeños (o la trona está de adorno), y creo que es más peligroso que un bebé se caiga de dos pisos de altura que de una silla de 80 cm.

Por otro lado me sorprende la nula compartimentación de espacios. Es decir, cuando subes al primer piso, estás en la habitación principal, y a la vez en el baño, sin nada que aísle de las vistas, ni del ruido, ni del calor, ni nada de nada. Y sigues subiendo y accedes a las dos habitaciones, que también son un mismo espacio. Y es más, la única compartimentación que se ve, la de la bañera, es de vidrio. Así que ahí estás tú duchándote y las visitas desde abajo mirando. Ni una mísera cortina de ducha para que no se salga el agua, vamos. Ya me sorprendió saber que los alemanes tienen muy poco pudor, pero pensaba que los japoneses eran mucho más estrictos con la intimidad y el espacio personal. Y sobre todo cuando tienes hijos adolescentes que van necesitando acotar sus espacios. O cuando tienes visitas y no has tenido tiempo de limpiar. (Aunque ya se que no está bien diseñar tu hogar pensando en el qué dirán las visitas cuando vengan).

En fin, quizá nuestros lectores infiltrados en las culturas orientales nos pueden aclarar estos aspectos de la vida de los japoneses. Mientras tanto, aquí en España tengo amigos que dicen que podrían vivir perfectamente en esta casa tal y como está, y mantenerla así de limpia, ordenada, y diáfana. ¿Y vosotros, qué pensáis? ¿Vivirías aquí? ¿O qué cambios haríais para poder habitarla?


© Toshiyuki Yano



© Toshiyuki Yano

© Toshiyuki Yano

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Elige tu 2011



LAS CASAS DE LUJO

Llevaba ya tiempo pensando sobre este tema y al hilo de este articulo en n+1 me he decidido a escribirlo.

Al entrar en la carrera me encandilé con todas esas casas unifamiliares blanquitas, “minimalistas”, con salones amplios y grandes paredes acristaladas, que obviamente el dueño no va a limpiar, dobles alturas, baños perfectos, piscinas enrasadas, muebles de diseño, etc. Eran el tipo de casas que yo quería proyectar. Aunque yo pensaba (y tuve muchas discusiones con un amigo por eso) que el verdadero lujo es el espacio, y que los acabados son accesorios, la verdad es que no puedes dejar de soñar con casas así.

En Plataforma arquitectura tienen un buen muestrario, algunas más “lujosas” que otras.

Después, con la experiencia de tener que proyectar casas reales para clientes reales, he dejado de idealizar ese tipo de casas. Sencillamente, ya no me aportan más que una foto, son objetos irreales, para mí. No les niego calidad arquitectónica. Y sigo queriendo poseer una de ellas, y también el servicio necesario para mantenerlas.

Ahora me interesan mucho más las cosas que yo considero reales. Proyectos que resuelven problemas cotidianos de una manera interesante. Con materiales que un constructor normal puede colocar bien. Por eso me reafirmo en mi admiración por la revista arquitectura. Se llama Fundamentos porque efectivamente muestra proyectos que intentan encontrar lo fundamental de la arquitectura. En todos los números encuentro un par de proyectos que me conmueven. Como éste.

(Sí, deberían pagarme por la publicidad. Y siento no poner fotos de todo lo que quiero explicar pero aún no tengo muy claro lo de los derechos de autor.)


lunes, 20 de diciembre de 2010

Los niños, esos sabios. Tejas cerámicas vs tejas de hormigón.

Ayer estaba cavilando sobre mis problemillas con una obra que estamos haciendo, y se me ocurrió preguntarle a mi hijo de 6 años. Resulta que en una casa en un pueblo, estamos decidiendo qué tipo que tejas escoger, si tejas cerámicas, o tejas de hormigón.

“Pues las que sean más resistentes, ¿no?” dijo él. Qué fácil. Visto así, tiene razón. Las que sean más resistentes. Pues las de hormigón tienen 2000 N de resistencia a flexión, y las cerámicas de tipo mixto 1200 N. Aunque resisten más las de hormigón, es difícil que una teja mixta cerámicas se rompa. Así que en la práctica son parecidas. Pero las de hormigón pesan más. Y por otro lado, es un pueblo con un invierno muy duro, muchas heladas, y si las tejas absorben mucha agua, se romperán al congelarse. Parece que las de hormigón tienen un coeficiente de absorción de agua menor que las de cerámica.

Después le expliqué: “Es que las de hormigón suelen ser bastante feas, y las cerámicas son más bonitas”. A lo que él respondió: “Pero da igual que sean feas, porque dentro de tu casa no las ves. Y por fuera tampoco se ven mucho, ¿no?” Ya, claro. Otro momento en que yo me quedé sin argumentos. Realmente este tejado no se va a ver mucho desde arriba. Y eligiendo con un poco de gusto el color y el acabado de una teja de hormigón igual no son tan feas. No tienen la forma de las tejas cerámicas curvas de toda la vida, sino que las que no son planas tienen una curva picuda.

Os dejo unas fotos para comparar:

Teja de hormigón:



Teja mixta cerámica, en pieza, y colocada:


Otro intento: Yo: “Es que nosotros en el proyecto habíamos elegido teja cerámica, pero ahora el constructor dice que él prefiere poner de hormigón, porque es más fácil de colocar, y resiste mejor las heladas.” Él: “¿Y no tendrá que elegirlo el dueño?” Pues sí, claro. En última instancia tendrá que elegir él. Pero el arquitecto es el que le tiene que asesorar, ¿no?. En cuanto al tema de que son más fáciles de colocar, no es exactamente así. Yo creo que la colocación es igual de fácil, o difícil, con ambos tipos, pero este constructor en concreto ha colocado mucha teja de hormigón, y no tanta de cerámica, sobre todo en tejados no ortogonales, así que tiene más práctica. Entonces la cuestión está en elegir una teja de hormigón bien colocada, o una cerámica que quizá quede mal puesta.

Y otro tema: la normativa municipal exige teja cerámica o similar a la que se pone por esa zona. Y en el proyecto al que se ha dado la licencia está contemplada teja cerámica. Así que si ahora cambiamos nos salimos de la licencia concedida. Pero en más de la mitad del pueblo se ha colocado teja de hormigón, y el arquitecto municipal no le ve problema, en principio, siempre que el color sea rojo, o terroso.

En cuanto al precio, es parecido, algo más caras las de hormigón.

En fin, que la decisión aún está en el aire, pero tendente a las de hormigón. Pero hay un tema subyacente de fondo, y es la capacidad de decisión del arquitecto. Obviamente el dueño es el que manda, pero casi siempre va a fiarse de lo que el arquitecto le aconseje. Pero muchas veces lo que el arquitecto cree que es mejor (constructiva o formalmente), el constructor no lo ve así, o no lo sabe colocar bien. Yo siempre he tenido el criterio democrático de que el arquitecto no es dios, y no puede venir y decir “hágase”, aunque realmente me gustaría que fuese así. Pero no mucha gente de la profesión piensa así. ¿Y vosotros, qué pensáis?

domingo, 19 de diciembre de 2010

La maternidad de O’Donnell

Hace poco tuve la oportunidad de visitar el edificio de la maternidad de O’Donnell, obra de Rafael Moneo. Mi opinión como usuaria, y la de todas las personas no arquitectas con las que hablé es que es un edificio realmente bonito y agradable. Es el tipo de cosas que me gustaría que dijeran de mis obras, claro. Aquí os dejo unas fotos, aunque lamentablemente no hay muchas del interior.

Tiene muchos aciertos:

Los patios, por los que entra la luz, (mucha luz) a las habitaciones. Hay mucha gente que no le da ninguna importancia a la luz, pero cuando tienes la oportunidad de estar en espacios bien iluminados, sí se nota la diferencia y se agradece mucho.

Las persianas venecianas de madera, que permiten que siga entrando la luz pero no el sol directo, ni las vistas.

El orden tridimensional que subyace en todo el proyecto, que es una característica en las obras de Moneo. El orden es otra cosa que mucha gente piensa que no se nota al usar un edificio, pero si. Desde el momento que entras en una de las plantas sabes de antemano y sin ver un plano cómo está distribuida, por dónde tienes que ir, y qué te vas a encontrar. Ésta es una sensación increíble. Es sentir el espacio ordenado en tres dimensiones. Es una sensación que yo he tenido en pocos sitios, sin duda porque viajo poco… : en el museo romano de Mérida, del mismo Moneo. En el Yale Center for British Art, de Louis Khan. En otros edificios que no son ortogonales, como el Musac de León de Tuñon y Mansilla. En las catedrales góticas también, y en los templos romanos… Es una sensación genuinamente arquitectónica.

A niveles más mundanos, también están muy bien los acabados de las zonas comunes y de las habitaciones. Aunque alguien no dimensionó bien la instalación de aire, porque se oye muchísimo, sobre todo de noche. La distribución esta muy pensada y permite separar las zonas del personal y de los pacientes, además de organizar muy bien la atención hospitalaria, com los boxes, las salas y las habitaciones bien comunicadas pero separadas. Y el aparcamiento, en el que los pilares apantallados están en una reticula de 7,50 m de ancho, donde caben tres plazas; por de 6 m, de manera que cabe la calle de 5 metros, y el pilar no queda en la esquina de las plazas, sino remetido medio metro. Esto hace que las maniobras sean mucho más fáciles. Es otra de las cosas que nadie me enseñó en la escuela, a distribuir bien un aparcamiento. Además los acabados del parking son muy limpios, todo en hormigón y con las instalaciones vistas y ordenadas, en acero.

En resumen, un acierto de Moneo en muchos sentidos.

martes, 7 de diciembre de 2010

CASA EN COUREL, DE CARLOS QUINTÁNS

A raiz de este artículo en El Pais, recordé esta obra de Carlos Quintáns en la Sierra de Courel, que ya había visto publicada en la revista Arquitectura COAM Fundamentos, (revista de la cual seguro que hablaré más, porque me parece estupenda).

Bueno, pues hilando con el tema de la integración en los entornos rurales del que hablaba el otro día, esta casa me parece, aparte de preciosa, el ejemplo perfecto de una buena integración, con su teja de pizarra, su muro de piedra, etc. Y a la vez es una obra contemporánea.

Como no dejo de ser una quisquillosa, no puedo menos que encontrarle pegas: ¿la falta de alero provocará problemas al evacuar el agua de lluvia? ¿La madera será el mejor material de acabado en un clima muy lluvioso? Salvo eso, ésta es el tipo de casa que me gustaría construir a mí.

domingo, 5 de diciembre de 2010

COSAS QUE NO ME ENSEÑARON EN LA ESCUELA. PARTE 2

Continuando con la serie “me quejo porque sí”, en la escuela me gustaría haber hecho más ejercicios proyectando en entornos rurales. Es decir, la casa de pueblo que te va a encargar algún familiar cuando sales de la universidad, en el típico pueblo castellano, con sus encantos y sus cosas feas como las hay en todos los pueblos.

Y es que me doy cuenta de que me faltan herramientas (tanto formales como constructivas) para integrar en un proyecto los elementos de la arquitectura tradicional, (la tipología, los materiales, la teja curva, la cubierta inclinada, que son obligatorias en casi todos los municipios), con la idea de un proyecto contemporáneo y con la manera actual de construir. Y me faltan herramientas para que este tipo de proyectos se integren bien en el contexto en el que están. Y me faltan también referentes, o quizá es que yo no he estudiado lo suficiente, porque aparte de algunas obras contadas de la generación de los clásicos españoles, como De la Sota, Corrales y Molezún, etc, después de los años 80 no he visto muchas obras que tener como referente en este sentido. Y la mayoría son viviendas aisladas en parcelas, y no viviendas entre medianeras, formando calle. Y encuentro que es un contexto muy difícil en el que proyectar y en el que construir, porque aparecen otros condicionantes como los gustos rústicos del promotor, el pequeño constructor de pueblo, que es el que va a hacer la obra, las construcciones vecinas que están que se caen… Situaciones ante las que la escuela no te prepara lo suficiente…

Si alguien puede aportar obras ejemplares que tener como referente en este sentido, le agradeceríamos mucho sus aportaciones en los comentarios.

viernes, 3 de diciembre de 2010

COSAS QUE NO ME ENSEÑARON EN LA ESCUELA. PARTE 1

Mucho se ha dicho sobre las carencias y los aciertos de la formación de arquitecto en las escuelas. En esta nueva sección que inauguramos hoy, voy a desahogarme comentando las cosas que en estos momentos de mi vida profesional echo en falta en todo lo que me han enseñado.

Lo primero que hay que decir es que yo estudié en la Escuela de Madrid, en la ETSAM, y que salí en el año 2008. Dos años de profesión después, me encuentro a diario con situaciones ante las que pienso: ¿Por qué ........ en la escuela no nos enseñaron esto?

En el capítulo de hoy: a tratar con la normativa. No a que nos la enseñen, porque la normativa cambia, y porque ya tienes tiempo de aprenderla cuando tienes que aplicarla; sino a proyectar teniendo en cuenta que hay que cumplir ciertas leyes. Aprender a hacer proyectos sabiendo que luego tienes que justificar que el fuego no se propague, que los usuarios tienen que ser evacuados, que no se pueden caer por las escaleras, que las ventanas hay que limpiarlas con seguridad… Aprender que no puedes hacer el proyecto que vuela, y luego sentirte frustrado por tener que renunciar a tus ideas soñadas porque no cumplen la normativa. O peor aún, intentar colársela al arquitecto municipal de turno en la memoria del proyecto, porque eso va en tu propia contra.

No digo que en los primeros cursos no se pueda proyectar con toda la libertad del mundo, pero debería existir una cierta progresión a lo largo de los años en la integración de todas las dificultades del proyecto. Y esto sólo depende de los profesores que elijas, y no del curso en el que estés; con lo que se suele dar la paradoja de que en proyectos 2 estés cuatro meses intentando encajar 50 viviendas sociales con todas sus medidas mínimas y máximas; mientras que en proyectos 9 estés haciendo diagramas de colores.

¿Y vosotros, podéis contarnos simpáticas anecdotas de las paradojas de la formación en la escuela?